miércoles, 14 de diciembre de 2011

Mi proveedora preferida

Hoy mi madre me ha hecho feliz. El otro día ya se portó, comprandome unos cuantos trastos de repostería, pero hoy se ha lucido.

Tengo que confesar que pronto tendreis por aqui nuestro intento más ambicioso, por el momento. una de las tartas más bonitas que hay: la Red Velvet (Terciopelo rojo). Espero que la cosa salga medio qué, es mi propuesta en la I Edición de la Competición Familiar de Tartas Navideñas que se celebra en mi familia. Compito contra una tarta de manzana, pero oye, quién sabe, como lo mío sepa a rayos, gana mi tía.

En fin, que me voy por las ramas. Hoy, este segundo post del día va dedicado a mi madre, una de las personas con el nombre más feo del mundo( no me deja decirlo -> es María Aquilina) y el corazón más bonito. Un cielo de persona, trabajadora, alegre, dulce, inteligente y, sobretodo, una persona tremendamente viva. ¡Y super desinteresada! ( Sí, mamá, te estoy haciendo la pelota)

En fin, cuando entré ayer por la puerta de mi casa me sorprendió con bases de papel para magdalenas y una cucada de moldes para las galletas. Sí, eso que veis en la esquina es un elefante. ¡UN ELEFANTE! Estoy deseando echarle colorante rosa y que se parezcan a los elefantes de Dumbo cuando estaba borracho. O como la elefanta con mochila de Pocoyó.

Y, ¿ has visto las boquillas de mi manga pastelera? Hay estrellas, lunas, circulos grandes, pequeños... Es graciosísimo, aunque no se si sirven de algo las formas esas.

Además, llevo todo el día pensando en que la tarta que quiero hacer tiene que ser gordita y pequeña, no alta y aplastada (no se si me entiendes) y... cómo soy una principiante, no tenía moldes de estos de los que se les quita el fondo ni nada por el estilo... Hasta ahora, hehehe. Me ha regalado tres maravillosos moldes rojos (adoro el rojo :D) a los que me paso el rato quitando el borde, es lo más entretenido del mundo. Iba a comprarme uno en forma de corazón, pero creo que mi nivel de cursilería se iba a desbordar con tanta tarta amorosa.

¡Pero es que no sólo es eso! A ver, te explico: cuando haces magdalenas, si la masa la pones directamente en el papelito, si no te desborda en el momento ( y eso es tener suerte) cuando la metes en el horno, no crece hacia arriba, si no hacia los lados, cómo los "sobaos" pero en deforme. Entonces, mi madre, no sólo me ha comprado los papeles... Si no los moldes metálicos de magdalenas, que también sirven para flanes pequeños, bizcochitos... lo que se nos ocurra.

En fin, que no te aburro más con mis charlas sobre lo que me mima mi madre. Si, soy una niña mimada, tengo que empezar a asumirlo.

Así que nada, os presento mi nuevo arsenal de trastos de repostería, que se añaden a lo que ya tenía por ahi. Y de paso os presento a mi madre y a mi hermano pequeño, Álvaro, que aunque no lo parezca tiene 14 añitos.

¡Por cierto! Y a sabes que si tienes alguna propuesta no dudes en comentarnosla y la realizaremos. (Y si ya nos quieres contratar para una fiesta o algo, ¡mejor que mejor!)

Gracias por leer este tocho aburrido, un abrazo enorme, ¡YA TE QUIERO!

Paula <3

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